Panel “Informalidad laboral y Productividad” liderado por académicos advierte falta de políticas públicas y flexibilidad

  • El conversatorio, que fue moderado por el director del centro de investigación Núcleo Milenio, Felipe Balmaceda, estuvo conformado por el director del Centro de Estudios Longitudinales UC, David Bravo, el secretario ejecutivo del CNEP, Rodrigo Krell, y el investigador principal del
    Núcleo Milenio LM2C2, Benjamín Villena.

    Una mirada crítica sobre la situación actual que enfrenta el mercado laboral en Chile, y un llamado a crear e implementar nuevas y mejores políticas  públicas que aborden la informalidad laboral como un tema integral, formaron parte de las ideas bajo las cuales hubo consenso entre los académicos.  

    En este sentido, coincidieron en que hay preguntas claves que se deben responder, y que debido a diversos factores, aún no existen respuestas sólidas en base a evidencia. De esta manera, Rodrigo krell advirtió que es clave identificar y evaluar si se debe empujar a la gente fuera de la informalidad o fomentar políticas para atraer a la gente a la formalidad, y  si las personas no tienen alternativas de empleos formales, ¿cuáles serían las opciones?

    También se refirió a  una relación bi-direccional entre Informalidad. Laboral y Productividad. “Por un lado, el estancamiento de la productividad daña en crecimiento y la creación de empleo formal, empujando a las personas hacia la informalidad. Por otro, cuando la informalidad es alta y persistente, se puede transformar en un obstáculo para la productividad si conlleva un menor desarrollo de las capacidad de los trabajadores”, explicó.

    Precisó que las respuestas frente a estas interrogantes, podrían pensarse en torno a una combinación de elementos. “Necesitamos políticas públicas que atraigan a las personas hacia el empleo formal, más que atacar la informalidad, y en este punto, la flexibilidad es un elemento relevante, contexto en que advirtió que “una de las pocas políticas existentes que abordan la informalidad, el subsidio de empleo joven,  por errores en su diseño, se ha vuelto poco relevante”, explicó.

    Por su parte, Benjamín Villena, se refirió a la relación entre informalidad y lagunas previsionales, junto con dar cuenta también que la alta rotación de empleos formales, que de acuerdo a mediciones del Banco Central, muestran una tasa de rotación anual en Chile del orden del 35% y 40% , es un factor que naturalmente influye en dicha situación, precisó. 

    También explicó que la informalidad puede actuar como un mecanismo transitorio para estabilizar el empleo, y enfatizó que no todas las formas de empleo informal deben ser motivo de preocupación política.

    Siguiendo en esta línea, Felipe Balmaceda, exploró los beneficios que puede ofrecer la informalidad, especialmente en términos de flexibilidad. Sugirió que, en un mercado laboral con limitaciones para crear empleo formal, la informalidad podría ser una solución viable para muchas personas que buscan ingresos. 

    David Bravo, planteó también un análisis crítico respecto de  la falta de políticas públicas que se enfoquen en la informalidad laboral, indicando que es crucial reconocer este problema como prioritario. En este sentido, mencionó el caso de conductores de plataformas, donde advirtió que al constatar los altos grados de inflexibilidad de la nueva ley que los regula, es evidente que “el reglamento que acompañará la implementación de dicha normativa, debería incluir y considerar elementos que la flexibilicen, y así adaptar la regulación a las nuevas formas de empleo y demandas del mercado laboral actual”, precisó.

    Por otra parte,  destacó la importancia de mejorar la educación técnica y generar cambios en el acceso a datos, lo que afirmó, “contribuiría a mejorar la productividad y comprender mejor las dinámicas del mercado laboral en Chile”.

    El conversatorio, que además congregó a variados académicos, entre los que estuvieron presente, Raphael Bergoeing y Paola Bordont, profesionales y directivos de instituciones de educación técnica profesional, y público en general, concluyó con un llamado a la creación de políticas que promuevan la formalidad laboral, sin atacar directamente la informalidad, mayores grados de flexibilidad, y con la convicción que es urgente mejorar la conexión entre capacitación y mercado laboral, educación técnica y acceso a datos para optimizar la productividad y la evaluación de políticas públicas.

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